sábado, 14 de abril de 2012

Las Trece Rosas



Las Trece Rosas hace referencia a la historia de trece mujeres víctimas de las represiones franquistas tras la Guerra Civil.




Blanca Brisac Vázquez, con veintinueve años, es la más veterana de las trece rosas. Estuvo casada con un músico perteneciente al PCE, de ahí su afición por tocar el piano, con el cual tuvo un hijo. La última carta antes de su muerte se la dedicó a su hijo y todavía se conserva. Su ideología, católica y de derechas, la convierte en el caso más peculiar de estas trece mujeres.
Carmen Barrero Aguado es una joven de 20 años que se dedicó, tras la muerte de padre a la confección de prenda. Ayudó así desde los 12 años a mantener a su familia de 8 hermanos. También a una temprana edad se hizo militante del PCE y tras la guerra fue la responsable del partido en Madrid en los aspectos femeninos. Fue detenida el 16 de mayo de 1939 y fue la única a la cual no fusilaron la noche del 5 de agosto.

Martina Barroso García un poco mayor que Carmen, la también modista de 24 años, empezó a participar en la organización de las JSU en Chamartín.  (24 años, modista). Al acabar la guerra empezó a participar en la organización de las JSU de Chamartín. Para apoyar a la organización, se dedicó a recoger armas y buscar munición para la misma. Algunas de sus cartas originales hacia su novio enviadas desde la prisión todavía se conservan.

Julia Conesa Conesa  es representada por Verónica Sánchez como una joven de 19 años que se dedica a la costura. Nacida en Oviedo. Vivía en Madrid con su madre y sus dos hermanas. Se afilió a las JSU por las instalaciones deportivas que presentaban a finales de 1937 donde se ocupó de la monitorización de estas. Pronto se empleó como cobradora de tranvías, ya que su familia necesitaba dinero, y dejó el contacto con las JSU. Fue detenida en mayo de 1939 siendo denunciada por un compañero de su "novio". La detuvieron cosiendo en su casa.


Pilar Bueno Ibáñez  otra joven modista de 27 años. Al iniciarse la guerra se afilió al PCE y trabajó como voluntaria en las casas-cuna (donde se recogía a huérfanos y a hijos de milicianos que iban al frente). Fue nombrada secretaria de organización del radio Norte. Al acabar la guerra se encargó de la reorganización del PCE en ocho sectores de Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.


Adelina García Casillas una de las mayores activistas del grupo con tan solo 19 años, Adelina era militante de las JSU hija de un guardia civil. Le mandaron una carta a su casa afirmando que sólo querían hacerle un interrogatorio ordinario. Se presentó de manera voluntaria, pero no regresó a su casa. Ingresó en prisión el 18 de mayo de 1939.


Elena Gil Olaya una activista de tan solo 20 años es el personaje que tiene que representar María Cotiello. Ingresó en las JSU en 1937. Al acabar la guerra comenzó a trabajar en el grupo de Chamartín.


Virtudes González García  era una de las mejores amigas de María del Carmen Cuesta 15 años, perteneciente a las JSU y superviviente de la prisión de Ventas. En 1936 se afilió a las JSU, donde conoció a Vicente Ollero, que terminó siendo su novio. Fue detenida el 16 de mayo de 1939 denunciada por un compañero suyo bajo tortura.


Ana López Gallego con tan solo 21 años, era una de las militantes de las JSU. Fue secretaria del radio de Chamartín durante la Guerra. Su novio, que también era comunista, le propuso irse a Francia, pero ella decidió quedarse con sus tres hermanos menores en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo, pero no fue llevada a la cárcel de Ventas hasta el 6 de junio. Se cuenta que no murió en la primera descarga y que preguntó "¿Es que a mí no me matan?".


Luisa Rodríguez de la Fuente entró en las JSU en 1937 sin ocupar ningún cargo. Le propusieron crear un grupo, pero no había convencido aun a nadie más que a su primo cuando la detuvieron. Reconoció su militancia durante la guerra, pero no la actual. En abril la trasladaron a Ventas, siendo la primera de las Trece Rosas en entrar en la prisión.


Joaquina López Laffite Nacida en 19136, se afilio en septiembre de 1936 a las JSU. Se le encomendó la secretaría femenina del Comité Provincial clandestino. Fue denunciada por Severino Rodríguez (número dos en las JSU). La detuvieron el 18 de abril de 1939 en su casa, junto a sus hermanos. La llevaron a un chalet. La acusaron de ser comunista, pero ignoraban el cargo que ostentaba. Joaquina reconoció su militancia durante la guerra, pero no la actual. No fue conducida a Ventas hasta el 3 de junio, a pesar de ser de las primeras detenidas.


Dionisia Manzanero Salas también murió muy joven, a los 20 años ya se había aliado al PCE y  compaginaba su cargo con el trabajo de modista. Se afilió después de que un obús matara a su hermana y a unos chicos que jugaban en un descampado. Al acabar la guerra fue el enlace entre los dirigentes comunistas en Madrid. Fue detenida el 16 de mayo de 1939.


Victoria Muñoz García fue una activista del JSU con tan solo 18 años y que se afilió con tan solo 15 años. Pertenecía al grupo de Chamartín. Era la hermana de Gregorio Muñoz, responsable militar del grupo del sector de Chamartín de la Rosa. Llegó a Ventas el 6 de junio de 1939.

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